Por Paula Baldo – pbaldo@clarin.com –
El arquitecto canadiense Michael Green desarrolló un sistema constructivo para levantar rascacielos de madera. Sostiene que el empleo de este material en reemplazo de los tradicionales es ideal para revertir el cambio climático y densificar las ciudades de un modo sustentable.
“La solución al cambio climático son, obviamente, reducir las emisiones y encontrar una forma de almacenamiento. La madera es el único material que utilizo que cumple esas dos funciones”, afirma Michael Green, un arquitecto canadiense que promueve tenazmente la construcción con madera.
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“Cuando un árbol crece en el bosque libera oxígeno, absorbe dióxido de carbono y luego, cuando muere, cae al suelo y devuelve el CO2 a la atmósfera o a la tierra. Pero si se toma esa madera y se la destina a una construcción, un mueble o un juguete, con su capacidad para almacenar carbono nos proporciona una gran retención de ese elemento ya que un m3 de madera almacena una tonelada de CO2”, fundamenta.
Para el especialista, lo más sensato para dar soluciones de vivienda en las grandes ciudades es densificar, o sea, construir en altura. “Actualmente, los edificios se construyen con dos materiales: acero y hormigón. Que son muy buenos, pero son materiales del siglo pasado”, sentencia Green. Demandan mucha energía y altas emisiones de gases de efecto invernadero para su producción. El acero representa alrededor del 3 % de las emisiones y el hormigón, más del 5%.
“Tenemos que empezar a pensar en nuevas soluciones y creo que la manera va a ser parte de la solución. Necesitamos reducir el hormigón y el acero, y construir en altura. En eso hemos estado trabajando, edificios altos, de 30 pisos, de madera. Para mi, como arquitecto, la madera es el mejor material porque puedo construir todo y crece con la energía del sol”, afirma. Y advierte: “¿Cómo vamos a hacerlo cuando pensamos edificios de solo cuatro pisos de altura, que es lo que permiten los códigos?”.
Para promover el uso de la madera, Green se asoció con una empresa forestal finlandesa Metsä Wood en Plan B, un desarrollo exploratorio para rediseñar edificios icónicos como el Empire State o el Coliseo con la madera como principal material. Junto con el ingeniero Eric Karsh, Green desarrolló los paneles masivos de madera. Se trata de piezas hechas con árboles jóvenes de corto crecimiento, compuestas por pequeños trozos de madera pegados para conformar uso tableros enormes, de 2,40 metros por 20 metros, y varios espesores. “Con esos grandes cuadros podemos alcanzar seis pisos de una vez”, señala Green.
El edificio se ensambla de manera muy sencilla en tres pasos: placas del núcleo, fachada externa (ambos abarcan seis niveles), y por último las losas. Son edificios seguros para zonas sísmicas y ante el fuego. Respecto a la deforestación, Green asegura que el último deseo es cortar árboles, “los árboles equivocados”, algo que se soluciona con modelos de silvicultura eficientes. “Para un edificio de 20 pisos cultivaríamos suficiente madera en EEUU cada 13 minutos”, compara el especialista.
Por otro lado, para un edificio de hormigón de 20 pisos las emisiones para fabricar el cemento representan 1.200 ton de CO2. “Si lo hacemos con madera, capturamos unas 3.100 toneladas. La diferencia neta es el equivalente a sacar de circulación cerca de 900 automóviles en un año”, compara Green.
“Estamos en el comienzo de una revolución”, se entusiasma el arquitecto y espera que los edificios de madera se unan a la competencia por ganar altura en las ciudades. Por su parte, ha presentado un proyecto para un rascacielos de madera, el más alto del mundo, en París, como parte del concurso Réinventer Paris.
> Fuente: Clarín Arquitectura